El mito de que los vikingos usaban cascos con cuernos

 El mito de que los vikingos usaban cascos con cuernos es una de esas ideas que vemos en películas, dibujos y hasta disfraces, pero no es cierta. Vamos a explicarlo fácil y paso a paso.

Los vikingos fueron guerreros y navegantes escandinavos que vivieron entre los siglos VIII y XI. Cuando pensamos en ellos, imaginamos cascos de metal con cuernos grandes, como si fueran parte de su uniforme. Sin embargo, los arqueólogos nunca han encontrado cascos así en tumbas, barcos ni sitios vikingos. Los cascos reales que usaban eran simples: hechos de hierro o cuero, redondeados, a veces con una protección para la nariz, pero sin cuernos ni adornos raros. Eran prácticos para pelear, no para lucirse.

Entonces, ¿de dónde salió el mito? Todo empezó mucho después de la era vikinga. En el siglo XIX, durante el Romanticismo, Europa se enamoró de las historias del pasado. Escritores y artistas comenzaron a imaginar a los vikingos como salvajes épicos. 

En 1876, una ópera famosa de Richard Wagner, "El anillo del nibelungo", puso a personajes nórdicos con cascos cornudos en escena. Aunque no era sobre vikingos exactamente, la imagen se mezcló con ellos en la cultura popular. Las pinturas y caricaturas de la época siguieron usando esa idea porque era llamativa.

Además, algunos cascos con cuernos existieron, pero eran de épocas más antiguas, como la Edad del Bronce, y probablemente para ceremonias, no para guerra. Los vikingos no los usaban en batalla; sería incómodo y fácil de enganchar en una pelea.

Ahora ya lo sabes los vikingos no llevaban cascos con cuernos; eso es un invento del siglo XIX que se quedó en nuestra cabeza gracias al arte y el espectáculo. La realidad era más práctica y menos teatral.