¿Por qué las ganas de orinar empeoran cuanto más me acerco al baño?

 


Seguro te ha pasado: aguantas las ganas de orinar bastante bien, pero en cuanto ves el baño... ¡la urgencia se vuelve insoportable! Esto tiene una explicación muy curiosa y totalmente normal. Vamos a entenderlo fácil.

Tu cuerpo tiene una **vejiga** que guarda la orina. Cuando se va llenando, unos nervios le avisan al cerebro: "¡Ey, hay que vaciar esto pronto!". Pero si estás ocupado o lejos del baño, tu cerebro puede decirle a tu cuerpo: **"Espera un poco más"**, y tú puedes seguir aguantando.

El problema (o más bien, el truco del cuerpo) ocurre cuando **sabes que ya estás cerca del baño**. En ese momento, tu cerebro cambia de modo. Deja de contener el impulso y se prepara para liberar la orina. Esto se llama **"reflejo condicionado"**, parecido a cuando hueles comida rica y empiezas a salivar sin darte cuenta.

Tu cerebro asocia ver el baño, o saber que estás a punto de llegar, con que es hora de orinar. Y por eso, **relaja los músculos que antes estaban aguantando**, y aumenta la sensación de urgencia.

Además, si has aguantado mucho tiempo, tu vejiga está muy llena y sensible. Cualquier señal de “ya casi llegamos” hace que el cuerpo sienta que **ya no puede esperar más**. Por eso, incluso puede parecer que es más difícil aguantarse justo antes de abrir la puerta del baño.

1. Tu cerebro te ayuda a aguantar... hasta que ve que el baño está cerca.
2. Al acercarte, se activa un reflejo que aumenta las ganas.
3. Es una mezcla de reflejo aprendido, emoción, y una vejiga impaciente.

¡Así que no es tu imaginación! Es una reacción natural del cuerpo.


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